Publicado el 17 de enero del 2015.
Tenía alrededor de 12 años cuando descubrí Naruto, en el tiempo solía vivir en México y me gustaba seguirlo a través de canal 5 junto con mi hermano. Debo admitir con toda sinceridad que una vez que comenzaba la caricatura al terminar Bob esponja, apagaba el televisor sin siquiera mirar el opening y sin haber mirado una pequeña escena y todo por qué? Porque yo consideraba que Naruto era aburrido y que posiblemente al ser una serie de ninjas, no tendría sentido alguno. Sin embargo, todo cambió un día, cuando mi hermano me forzó a sentarme delante del televisor para mirar esa caricatura que yo juzgaba como «estúpida» argumentando de que «Es una caricatura realmente interesante, te va a gustar y es muy divertida»… Tras oír esas palabras de un niño más pequeño que yo, decidí que le haría caso y que miraría un capítulo para poder dar una crítica final. Me senté a su lado y comencé a ver la serie.. Era el capítulo donde veíamos por primera vez al equipo 7 juntos y listo para aventuras… Tras oír a Naruto decir lo mucho que quería que la gente lo reconociera y al ver su entusiasmo detrás de aquellas palabras llenas de toda verdad, comencé a sonreír, porque me sentía motivada, feliz y ampliamente tocada por las palabras de aquel joven ninja de mi edad. Desde ese día, a las 5:30 de la tarde por canal 5, me sentaba a ver Naruto y a pesar de que los capítulos no tenían mucho sentido (ya que no estaban en orden) me provocó mucha curiosidad y entonces sucedió… Mi hermano y yo decidimos comenzar a ver la serie a través del internet. Debo añadir que para ese tiempo, mi vida había cambiado, a penas empezamos a mirar Naruto en orden, mi familia y yo nos mudamos a Canadá y yo sentía que mi vida carecía de sentido.
Al llegar a Canadá y después de un tiempo de habernos instalado, mi hermano y yo comenzamos a sentir un vacío sin ver Naruto (principalmente yo, pues terminé volviéndome una fan de la serie) y comenzamos a ver la serie por la televisión en francés… No era lo mismo, los diálogos carecían de emoción e incluso la historia estaba demasiado en desorden: un día ponían a Zabuza peleando contra Kakashi y al día siguiente (sin explicación alguna) ponían a Shikamaru, Sakura, Pakkun y Naruto corriendo por el bosque en búsqueda de Sasuke. Estuve deprimida y al vivir en un país extranjero tratando de aprender una lengua tan compleja y difícil para mí mi tristeza fue aún más horrible. Naruto me recordaba a la calidez de mi México, y de un cierto modo, a mi alegría de vivir.
Pasaron varios meses antes de que mi familia y yo pudiéramos establecer una conexión segura a internet y que yo pudiera volver a ver Naruto como antes. Mi hermano y yo veíamos numerosos episodios cada fin de semana hasta que (antes de que Sasuke abandonara la aldea) los episodios dejaron de existir en español latino en la internet. Tras buscarlos y sin éxito de poder encontrarlos, comenzamos a verlos en japonés y me di cuenta, que era mucho mejor.
Pasaron los años, mi hermano dejó de ver Naruto a mi lado y por mi parte, terminé abandonando la serie temporalmente y a su vez, me adapté completamente a mi nuevo entorno, siempre teniendo en cuenta las palabras de Naruto «Nunca me rendiré», al final, terminé dominando el francés y estableciéndome a la vida canadiense, (en otras palabras, terminé concluyendo la pequeña meta que tuve al llegar a mi país) Un día, muriéndome del aburrimiento, decidí volver a empezar la serie por completo (a pesar de que ya estaba donde Sasuke había matado a Itachi) y tras haber mirado todos los capítulos, películas, OVAS y al llegar a la actualidad (la cuarta guerra Shinobi) decidí comenzar a leer el manga, para poder matar tiempo y no morirme por la espera.
Después de tanta espera, terminé el manga y con eso, la serie (aunque sigo esperando por el anime) y todo lo que tengo que decir es: Estoy lista para volver a empezar la serie completa por la quinta vez y volver a enmaravillarme con los momentos intensos de las peleas, llorar en los momentos tristes y sonreír igual como sonreí la primera vez que vi la serie. Y por otro lado, continuaré esforzándome para cumplir mis muchas otras metas. Naruto has sido mi más grande inspiración y te agradeceré siempre por haberme acompañado en todos estos años, siempre te recordaré y continuaré soñando, al igual que tú! 🙂
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